miércoles, 26 de marzo de 2008

7ª Etapa


Etapa Real: Tabara-Puebla de Sanabria
Distancia: 97.94 kms.
Tiempo: 7.25 h.
Velocidad media: 13.5 km/h.
Velocidad máxima: 52.3 km/h.

Dia 7.- Pedaleando bajo la lluvia.
Monolito de Tábara
Amanecemos en Tábara, como todos los días, a eso de las 7 h. aprox. Esta vez nuestros amigos también se han levantado, motivado por el hecho de que esta vez hemos dormido todos juntitos en una gran habitación, junto con el resto de peregrinos, el día tiene muy buena pinta, pero se va notando que vamos ascendiendo, porque ya hace fresquito y nos ponemos ropa de abrigo. Las bicis han dormido en el “porche” habilitado y sin problemas de ningún tipo, una vez recogido todo, nos dirigimos a desayunar al mismo bar donde cenamos ayer, lo de siempre, café/colacao y bollería, nos compramos un par de botellas para el camino, y nos despedimos de todos, como hicimos ayer, quedamos en vernos en Puebla de Sanabria, pero cada uno a su ritmo, y si coincidimos pues bien.
Así que empezamos un nuevo día, el ambiente está un poco raro, hace fresquito, pero está nublado, aunque el sol hace acto de presencia tímidamente, no sé, no sé, luego veremos si hoy no nos llueve, con eso de que nos estamos acercando a Galicia, no podría ser de otra forma, cruzamos la carretera y cogemos el camino que sale por detrás de la Iglesia, por aquí no hay complicación alguna, salvo un par de repechos el perfil no ofrece dificultad alguna, por aquí hacemos nuestra buena obra del día, tras un pequeño zigzag, el camino hace un giro de 90º a la derecha, pero sin embargo vemos que a 500 metros hay un peregrino que sigue caminando, no ha debido ver las indicaciones, así que, me dirijo hacia él, lo pillo, era un peregrino inglés, que llevaba su propia guía (en inglés, of course) y dice que él va bien, que según su mapa “to ahead” yo le digo que no, que había que girar “to the right” y que mire cómo desde aquí, aún se pueden ver “another pilgrins by the way right”, en fin, que me enseña su mapa y la descripción que tiene del recorrido, y al parecer (y ahí yo me callé porque no estaba seguro), el camino que seguiría él, se iba a juntar más adelante con el que nos marcaba a nosotros, así que viendo que él seguía en sus “trece”, nos dimos media vuelta y nos fuimos por donde vinimos, que pensando después, igual no estaba tan mal indicado, porque justo al poco, apareció uno de esos “cuestones” que hace que te acuerdes de toda la familia del que diseñó el trazado, pero bueno, como no tenemos prisa, pues…. Carretera y manta, y a subir, por aquí el paisaje va cambiando, ya no abundan tanto los cultivos de cereales que hemos visto estos días, por aquí mucho monte bajo, mucha encina, robles, y en cada sierra que se ve, molinos eólicos (¿esto no es redundante?), pero vamos que ya tenemos la experiencia, allá donde se ve molinos, por allí cerca pasará el camino.

Empezamos el día subiendo...

... y lo que nos queda...

Así llegamos a Bercianos de Valverde, pueblo pequeñito que pasamos tranquilamente, y nos dirigimos a la entrada del Valle del Tera, ahora nos esperan unos cuantos pueblos que se llaman…. Nosequé de Tera, ¿porqué? Pues a priori no tenemos ni idea, será la zona, será la patrona del pueblo, pero a posteriori, nos enteramos, que están todos en la ribera del río Tera, afluente del Esla y que por eso le da nombre a la comarca, pues bien, después de encontrarnos con una rudimentaria cabaña, con su cartel de publicidad de un albergue y todo, llegamos a Santa Croya de…. Sí, hombre sí, ….de Tera,

La publicidad lo invade todo...

Otro monolito...¿adivinais de dónde?...

aquí, siendo la hora que era (10,30) y que el sol ya estaba de fuera, nos buscamos una tienda de alimentación para comprar algo para almorzar, en casi todos los pueblos que hemos parado, las tiendas tenían de todo, pero de todo, en algunos casos era la única tienda del pueblo, así que, aquí compramos bebida, comida, pero, lo que no tenía era pan, pero claro, le preguntamos a la señora y nos indicó dónde estaba la panadería del pueblo, así que me dirijo a ella y aquí me ocurrió una anécdota de lo más cariñosa, la panadería estaba en las afueras del pueblo, en la parte baja de una casa, la mujer que la atendía muy amable, le pido 2 barras de pan, y me pregunta …. Pues lo que todo el mundo: “¿de dónde venís?¿A dónde vais?¿De dónde sois?¿cuántos sois?, a lo cual yo le doy las consabidas respuestas, me da el pan, le pago y la mujer me dice: “espera un momento”, y se pasa a la trastienda, y acto seguido sale con una bolsa llena de bollería recién hecha, una especie de ensaimadas/tortas o parecido y me dice, “toma, esto os lo regalo yo, para que tengáis buen camino”…. ¡jo!, me quedé sin habla, y le hice intento de pagar, le dije que muchas gracias pero que no hacía falta y me dijo, que no, que ni se me pasara por la cabeza, así que como se suele decir que “es de bien nacidos, ser agradecidos”, se lo hice saber enormemente, y salí con un nudo de la garganta, después que me soltara un “id con Dios y buen camino”, en fin, que me reuní con mi hermano y continuamos el viaje, nos paseamos por la Plaza, hicimos la foto de rigor al monolito, y salimos de la población acompañados por el rio Tera.

Esplendida vista del Valle del Tera...

Sujetando el monolito...


La verdad es que el paseo por esta zona es de lo más bonito que puedes echarte a la vista, unas riberas llenas de chopos, álamos, sauces y la tranquilidad que se respira es increíble, el día acompaña, puesto que hace solecito y no hace demasiada calor, sufrimos un pequeño despiste y acabamos en Camarzana de Tera, que eso no estaba previsto, puesto que el camino pasa al lado, pero no por la población, pero ya puestos, buscamos un cajero para cubrir nuestras necesidades económicas y aprovechamos el momento, seguimos adelantando a algún peregrino que otro, entre ellos un par de ellos que llevaban la mochila en un patinete de niños, “si es que hay gente pa’to’”….

Peregrino en patinete o "patigrino"... sí sí, con 2...ruedas...

Y llegamos a Olleros de Tera, aquí dada las horas que llevábamos, nos paramos a deglutir nuestro almuerzo a la salida del pueblo a la sombra de un garaje aislado al final de la calle y a pie de carretera justo donde empieza el camino al otro lado de la misma.
Allí, con las fuerzas renovadas y como según el perfil nos toca ir subiendo hasta el final de etapa, nos acoplamos a las bicis, y nos despojamos de algo de ropa, que entre el bocata, las tortas que nos han regalado y el sol en pleno apogeo, ya hace calor.
Aquí va cambiando el paisaje, el terreno es muy cómodo se sigue por pistas buenas, pero por aquí ya no hay árboles, según vamos subiendo, se vuelven a ver las encinas, el monte bajo, y nos vamos acercando al Embalse de Agavanzal, aquí nos volvemos a acordar del famoso GPS, porque de repente, el camino desaparece, bueno no es que desaparezca es que están de obras y hay un cortado hecho con máquinas excavadoras que hace del todo imposible seguir por allí, decidimos, para variar, separarnos un poco, y dado que no sabemos por dónde ir exactamente, yo tiro por un lado y mi hermano por otro, craso error por mi parte, en este caso el camino bueno fue el de José Andrés, yo tuve que volver sobre mis pasos ( o sobre mis rodadas) e ir por donde se fue él, pero unos metros más atrás, los suficientes como para no verlo y no saber si iba bien o no, así que, lo solventamos con unas cuantas llamadas de teléfono para orientarnos y ya está.


Cruzamos el embalse por encima de la presa y vamos ascendiendo, las flechas vuelven a ser visibles y esta vez aunque por aquí las poblaciones brillan por su ausencia, está todo muy bien indicado y no hay perdida posible, así llegamos a Villar de Farfón, que casi es más largo el nombre que el pueblo, porque lo cruzamos en un plís plás, desde aquí el camino se va elevando entre tomillo, jara, retama y nos encontramos con un paisaje precioso, aunque por el contrario, el cielo va oscureciéndose y a pesar de ser las 2 del mediodía, parece que esté anocheciendo, se nota que nos vamos acercando a Galicia y la lluvia empieza a hacer acto de presencia, con la madre naturaleza de nuestra parte llegamos a Rionegro del Puente, aquí pasamos a ver el albergue, sellar y tomarnos un par de barritas, la verdad es que tiene muy buena pinta, todo de piedra y de momento sólo hay un peregrino (al menos hay una mochila).

En 2 palabras "espec...tacular"


La zona entre embalses...amenazando lluvia...

Desde aquí a Mombuey el camino va paralelo a la carretera, y mira que somos cabezorros, que por no salirnos a la carretera a pesar de ir viéndola a nuestra izquierda nos encontramos con una zona de barro que nos obliga a rodear campo a través un barbecho para intentar no ensuciarnos mucho, y eso que sólo han caido cuatro gotas, el caso es que llegamos a Mombuey, y ¡vaya por Dios! Nos encontramos a nuestros compañeros de fatigas, Raul y Toni, sentaditos en una terraza de un bar al lado de la carretera, así que paramos a hacerles compañía para que no se olviden de nosotros, y tras unas cervecitas y unas risas, seguimos adelante y quedamos en vernos en Puebla de Sanabria para dormir, el siguiente pueblo es Valdemerilla, y aquí nos encontramos con un ilustre peregrino, ya habíamos leido no sé donde que había un peregrino con un burro que había salido desde Sevilla mucho antes que nosotros, pues mira por dónde nos lo encontramos descansando al lado de la iglesia de este pequeño pueblo, aquí hicimos una foto para inmortalizar el momento y continuamos nuestra marcha,


Al fondo... un burrigrino, repito...al fondo, a los pies de la iglesia...

como se puede observar, el cielo iba siendo cada vez más oscuro, y no porque fuera anocheciendo (que también) sino porque la lluvia quería hacerse notar, así que nos abrigamos un poco y seguimos cruzando la provincia de Zamora, aquí los pueblos están uno al lado del otro, pero no se tocan, me explico, según nuestro plano, cada 2/3 kms. hay un pueblo, pero los pueblos tienen la iglesia, una calle principal, unas cuantas casas y poco más, parecen pueblos fantasmas, cuando cruzamos no vemos ni un alma por la calle, y el cielo, ya ha empezado a descargar, así que resguardados bajo un porche, ponemos la ropa en las bolsas para que no se moje mucho y seguimos, cruzamos por zonas, ora muy bonitas con bosques y pastos, ora muy feas, con piedras negras y sin vegetación, parecen minas o algo parecido, aprovechamos en una fuente para llenar los botes de agua, y así como que no quiere la cosa llegamos a Remesal, habiendo cruzado antes un pequeño puente de piedra, que según nos enteramos después, data de los tiempos en que los romanos andaban por Hispania como Pedro por su casa.


Puente romano en la entrada de Remesal...


Empieza a cambiar el paisaje...

Así lloviendo llegamos a Oteros de Sanabria, y entre que nos hemos despistado de las flechas, que está lloviendo y vamos empapados, y que tenemos a la vista la carretera, decidimos hacer los 6 kms. que nos falta por ella, y así llegamos a Puebla de Sanabria, donde en la entrada volvemos a ver a los amigos de Castellón, que nos dicen que han llamado al Albergue y está cerrado, así que nos toca dormir en un hostal, después de hacer un par de llamadas, nos decidimos por uno que está a pie de carretera y que nos dicen que tiene habitaciones libres, además de que tiene restaurante para cenar, Hostal La Trucha, las bicis nos dejan que las pongamos en un hall de entrada que hay y por el que no se pasa nada más que para ir a dormir; las habitaciones, pues nada del otro mundo, pero como tampoco somos delicados, pues pasables, y así, después de ducharnos, nos vamos a dar una vuelta por el pueblo, aquí busco una tienda para descargar mi tarjeta de la cámara de fotos que está llena y por eso hoy no he podido hacer más fotos, me las pasan a un CD, después de tener casi que explicarle al de la tienda cómo hacerlo, y mira por dónde, Raul llama por teléfono a Alberto, el otro peregrino y nos dice que sí, que ha llegado y que está en otro hostal, nos vamos a buscarlo, nos damos una vuelta por el casco histórico de la población, que es muy bonito y peculiar, nos tomamos unas cervecitas y nos volvemos a cenar al restaurante del hostal,


Seguimos coincidiendo con los amigos, esta vez en Puebla de Sanabria...

Precioso el Ayuntamiento...

allí la sopa castellana calentita nos resucita a todos y el churrasco ya nos remata la faena, cabe decir que estábamos nosotros 5 solos y que la decoración del restaurante es un tanto curiosa, con un montón de aperos agrícolas de principios de siglo, así como otros instrumentos y utillaje que ninguno sabíamos para qué servía.


Iglesia de Sta. María del Azogue (Detalle de la portada)


Ermita de San Cayetano

Después de la consabida sobremesa, decidimos retirarnos a nuestros aposentos a descansar y afrontar un nuevo día, que Dios mediante, mañana dormiremos en Galicia.

Torre de la Iglesia
Panorámica del Castillo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que¡¡¡. Que tal van esas fuerzas... espero que muy bien... vamos, vamos que ya os queda menos y esto ya es pan comido. Me acuerdo de vosotros todos los dias y me imagino que lo estareis disfrutando a tope (con sus momentillos jodios claro...).
De verdad espero que todo vaya muy bien. Animo para los dos, desde aqui os lo deseo de todo corazón. KEKAN.

Anónimo dijo...

Vamos a ver................
Aquí algunos de nosotros os estamos dando ánimos casi todos los días en este llamado "diario de a bordo",pero aquí,los protagonistas se me antoja que pocas fuerzas les quedan por la noche para escribir alguna cosilla.Que pasa presi?No encontráis ningún ciber por el camino?
Supongo seguiréis vivos porque de no ser así hubieran dicho algo en la tele.
Animo que ya casi divisáis el botafumeiro.
Fdo.B.E.