miércoles, 26 de marzo de 2008

4ª Etapa


Etapa Real: Cañaveral- Calzada de Bejar.
Distancia: 109.48 Km.
Tiempo: 8.05 h.
Velocidad media: 13.5 km/h.
Velocidad máxima: 51.9 km/h.

Domingo 4 de mayo 2008.- "La Vía es Bella"

Ya nos vamos acostumbrando, después de una opípara cena, nos hemos dado un paseo relajante y a la cama, no nos tuvieron que cantar ni nada, y a las 7,00 h. suena de nuevo el despertador, recojemos la “colada” que hicimos ayer, y que habíamos dejado a secar en el baño, está claro, no se ha secado del todo, el maillot y los calcetines aún están húmedos, así que decido ponerme una camiseta de algodón y a lo largo del día ya se secará, de algo sirve tener experiencia, en el camino francés la ropa mojada la poníamos sobre las alforjas y se iba secando al mismo tiempo.
Una vez “atacados” bajamos a desayunar al bar del hostal, como de costumbre, colacao y bollería, algo de azúcar para el cuerpo que el día será largo también, esta vez teníamos previsto a priori, hacer 110 kms. Pero como ayer hicimos 10 kms. más, se nos quedan en unos cómodos 100 kms. justitos, así que emprendemos el camino con cierta confianza y con el sol empezando a calentar.
Nuestro compañero Antonio, ha madrugado más que nosotros, pues al recoger las bicis, la suya ya no estaba, qué tío más duro, pero claro habrá pensado que cuanto más temprano anduviera, menos calor iba a pasar, la verdad es que tenía las piernas hechas un calvario.
Nosotros salimos a la carretera a la gasolinera de Petronor que hay en la salida del Pueblo, le damos un enjuague a las bicis y engrasamos la cadena, y para empezar el día con alegría, ¡hala! a subir el Puerto de los Castaños, que no es muy grande 510 mtrs. de altitud, pero que no está mal para entrar en calor, se lleva bastante bien, porque aún hace fresquito, y se va a la sombra de los arboles, y las vistas que hay son espectaculares, y lo mejor de todo, que todo lo que sube, baja, y la bajada hace que se aumente la media de manera vertiginosa.
Hoy como es domingo, se supone que habrá más gente en los pueblos y no deberíamos tener problemas para comprar bebida, pero visto lo visto, decidimos comprar para almorzar y bebida en una gasolinera que hay, antes de coger la entrada a la finca Valparaiso donde nos espera la dehesa extremeña en todo su esplendor.

Tendedero improvisado...

Aquí no solo repostamos energías, sino que aprovechamos una valla para montar un pequeño tendedero mientras comemos nuestros bocadillos, una vez comidos y bebidos, nos adentramos en la dehesa, por aquí es por dónde se echa de menos un GPS, aunque la verdad es que las señales están a la vista y no hay muchos problemas para perderse, pero bien es cierto, que en algunos cruces de caminos, sí nos queda la duda, solo que o bien es la intuición, a estas alturas híper desarrollada, o bien la suerte y el Apóstol que nos guía, el caso es que en todas las ocasiones que hemos dudado hemos acertado con la dirección a tomar (cosa que no ocurrirá siempre, todo hay que decirlo), el caso es que el camino transcurre por terreno tranquilo, no hay grandes dificultades del terreno, se rueda paralelo a una acequia de riego y entre vacas y más vacas (o toros y más toros), el caso es que con lo apacibles que se ven, cuando pasamos al lado de ellas, no te creas que uno se queda tan tranquilo, que piensas “como le de por echar a correr detrás, no paramos hasta Santiago”…

Nuestra compañía a lo largo del día...

La vaca ni se inmutó...

El paisaje no cambia y llegamos hasta cruzar un pequeño arroyo, donde nos encontramos la variante de Galisteo y San Gil, en nuestro caso está claro, directos a Galisteo,

Desvío hacia Galisteo...

aquí tenemos un pequeño esfuerzo, una cuesta corta pero muy inclinada la muy ¡#@*&!, pero la verdad es que una vez superada merece la pena, nos acercamos a su muralla y resulta que hay un mercadillo ambulante, así que le quita todo el encanto que este pueblo puede tener, ya que conserva no sólo la muralla de los siglos XII y XIII, sino una iglesia del Siglo XVI y una Torre del Homenaje del Siglo XIV, y por supuesto su puente también del S. XVI, sobre el río Jerte, que aprovechamos para hacernos una foto.


Aún nos quedan cuestas... La vista desde arriba será magnífica...

Galisteo al fondo Puente sobre el río Jerte...

Entramos en zona peligrosa, al menos para mi hermano, en este mes, el polen hace estragos entre los alérgicos, y no hay más que ver como se encuentra la carretera para comprobar lo mal que lo pasó por esta zona, sí estará muy bonito y todo lo que quieras, pero el pobre parecía una plañidera, no paraba de estornudar y sonarse la nariz, menos mal que por aquí se circula por una carretera secundaria sin apenas tráfico y se llega en un plisplas al siguiente pueblo, Aldehuela del Jerte,

Valle sobre el rio Jerte...
El polen estaba en su esplendor...

lo pasamos sin más y tomamos dirección a Carcaboso, la carretera es totalmente recta y sin tráfico y el problema es que va haciendo más calor y ya no hay árboles, pero en cuestión de media hora nos plantamos en Carcaboso a la hora del ángelus, por allí se pasa justo por la puerta de la Parroquia de Santiago Apóstol,

Carcaboso...

y nos encontramos con una bonita sorpresa, al ser el primer domingo de mayo, en esta localidad se celebra una curiosa procesión y aún se siguen celebrando “las cruces de Mayo”, nos paseamos literalmente, el pueblo viendo las alfombras de flores que hay en las calles y nos quedamos asombrados al ver la procesión tan peculiar, en este caso, las imágenes que transportan en andas, son “cruces” decoradas, pero la decoración es exquisita, literalmente, llevan colgados roscos y rosquillas, imagino que cuando acabe la procesión se repartirán o algo por el estilo, y tanto los que van en la procesión como los que participan en ella, van con trajes típicos, je, je y nosotros vestidos con culotte y con las bicis allí en medio;

Celebrando las cruces de mayo... Sí, sí, son rosquillas...

Procesión

en fin, ya estamos acostumbrados que nos miren como bichos raros, es curioso, lo mismo que en el Camino Francés, todo el mundo está acostumbrado a ver peregrinos, por esta zona, aún se sorprenden cuando les dices que estás haciendo el Camino de Santiago, ahí piensan que estás un poco loco, y ya si les dices que has salido desde Sevilla, entonces no lo piensan, te lo dicen a ti directamente.
Bueno, que aún nos queda mucho recorrido por hoy, así que plegamos velas y nos vamos, antes paramos en un bar que hay a la salida del pueblo, donde nos pedimos una coca cola, y nos ponen de tapa unos calamares de hace 3 días por lo menos, pero bueno, como somos de boca fina, pues nos los comemos, que nunca se sabe si te acordarás de ellos o no. El caso es que la salida está un poco liada, las flechas no se ven, y la guía que llevamos nos orienta pero, no vemos las indicaciones, así que seguimos un poco “a la buena de Dios”, salimos de la población entre pequeños huertos, con plantas de tomates, hortalizas, pequeñas viñas, una acequia, la verdad es que es bonito, entre vallas de piedra, de alambres, algunos utilizan un somier viejo como puerta a su campo, jeje, que curioso, eso sí es reciclar. En fin, que seguimos avanzando hasta que nos encontramos con la famosa puerta de la valla más alta, la que se supone que da acceso a una dehesa donde podemos encontrar ganado vacuno en sus 2 modalidades, manso y bravo, y claro, después de la sesión de vacas que llevamos hoy, pues nada más de lo mismo.

Los amos de la dehesa...

Cruzamos la valla y nos encontramos con 2 vecinos de carcaboso que vienen de dar un paseo, nos dicen que nada, que hay un pequeño repecho y que nos adentramos en una dehesa enorme hasta llegar a Venta Quemada, teniendo en cuenta que ya es la 1, y según la guía son 13 kms. menos lo que ya llevamos hecho, pues bien, a las 2 a comer, ¡JA! ¡Que te crees tú eso! Para empezar el pequeño repecho es un cuestón de aupa, que si bien el terreno no es complicado, con el sol pegando en las costillas y los kms que llevamos, a mí se me hace eterno, como siempre, mi hermano se adelanta y yo subo a mi ritmo, ritmo por llamarlo de alguna manera, con decir que mantengo una conversación con un desfile de hormigas que transcurren a lo largo del camino lo digo todo, me mentalizo y digo, esto o es que ya he perdido el juicio, o he cogido una insolación, porque no es normal, las tonterías que voy pensando/diciendo yo solo, así que me quito el casco, bebo un poco de agua y voy buscando la poca sombra que ofrecen los árboles a esas horas, el caso es que la cuesta se termina y el camino se convierte en una senda bastante bonita que serpentea entre encinas y prados interminables, hay que cruzar varias vallas y al principio las flechas y los hitos de la Vía son fáciles de seguir, pero ¡ay! Llega un momento en que, las flechas desaparecen, los hitos no están, y lo único que vemos a nuestro alrededor además de encinas, son vacas y toros, y algunos de color negro zahíno, y ya sé que nos dijeron que los toros si están sueltos es, o bien porque son mansos, o bien porque no son toros, son vacas, pero leñe, que los cuernos sí son cuernos en todos los casos, y verlos tan cerca, pues eso, acojona, no un poco, no, acojona un mucho,

Si no fuera por el zoom...
y por la valla...
y más cuando llegamos a una zona en la que la senda se acaba, no hay flechas, y además hay un barrizal que para qué las prisas, pues que tienes que desabrocharte el casco porque te estorba algo que se te ha puesto en la garganta de pronto, así que estamos, en mitad de alguna parte, perdidos y rodeados, pues qué bien, una situación de lo más divertida, formamos nuestro mini gabinete de crisis, a ver, ¿qué hacemos?, primero, orientarnos, para ello tiramos del móvil de José Andrés, que lleva (o eso dice) el Google maps, a ver dónde está Venta Quemada e ir directamente… bien, el móvil ahí no coge cobertura, estamos bien, sí señor, a las 2 y perdidos, y por supuesto, sin comer, je, je, bueno, que no cunda el pánico, el móvil no tiene cobertura pero sí nos indica una especie de brújula que lleva, así que sabemos la dirección que hay que seguir, problema dos, que tenemos una serie de vegetación insalvable, así que nos desplazamos cautelarmente, cuidando mucho de acercarnos a los bichos que nos miran con ojos golosos, y sin hacer aspavientos, menos mal que vamos de azul y no de rojo, el caso es que poco a poco encontramos una senda, y decidimos seguirla, al parecer no vamos tan mal, porque parece que vemos rodadas y pisadas en algunas zonas con barro que nos encontramos (os recuerdo que el mes de Abril ha caído el diluvio por estas tierras), así tras saltar algunas puertas más, en una de ellas, volvemos a encontrarnos con una de nuestras queridas (y a estas alturas ansiadas) flechas amarillas, eso nos da un subidón de moral y de fuerzas, que para qué contar.

Llegamos a la famosa Dehesa Venta Quemada y cual es nuestra desilusión, resulta que no es nada más que una casa particular, pero no tiene nada de comer ni de beber, sólo una máquina de refrescos pero que está vacía, bueno, pues no pasa nada, se sigue adelante y ya está. Aquí nos encontramos con una señora que estaba sentada en un montón de piedras al lado de la carretera, la pobre mujer nos pide ayuda, es francesa, está haciendo ella sola el camino desde Sevilla, andando, debo decir que tiene que tener unos 60 años aproximadamente, y dice que no puede andar más, que además del cansancio, tiene ampollas en los pies que le impiden dar un paso, y que ha llamado por teléfono a un albergue, pero su castellano es muy pobre para entenderse, así que entre lo poco que yo hablo francés y lo poco que ella habla castellano, logramos entendernos, y hablo con una persona de un hostal o albergue de Hervás, para que vayan a recogerla en taxi, la verdad es que a la mujer se le abrieron los cielos, porque le faltaba muy poco para echarse a llorar, tenía los tobillos hinchados y no sabía cómo decir que fueran a por ella. El hombre del albergue, creo que se llamaba Ángel, nos dijo que cuando pasáramos por Hervás, lo buscáramos y nos invitaba a unas cervecitas por ayudar a esta señora, se lo agradecímos, y después de preguntar a Doña Renata (así se llamaba) si quería que nos esperásemos, y al decirnos que no, que estaba muy agradecida, la verdad, es que sólo había que ver la cara que tenía cuando nos vió y la que puso cuando nos íbamos, para darse cuenta que lo había pasado mal, de hecho, nos quiso pagar 50 euros y todo, evidentemente no cogimos el dinero, nos explicó que había hecho el camino francés y que quiso hacer la Vía, pero esta vez, su marido no quiso acompañarla, dijo literalmente: “se ha quedado en casa, tumbado en el sofá”, jaja, hay que ver, qué cosas tendrá el camino que nos llevan a repetir una vez que te ha picado el gusanillo.

La gran dehesa extremeña...
sin palabras...

En fin, después de haber compartido un rato con Renata y con el ánimo contento de haber podido servir de ayuda, nos dirigimos hacia Caparra, lo de comer ya lo tenemos superado, comeremos cuando podamos, y por suerte, bebida aún nos queda, porque después de la sed que pasamos el primer día, eso no nos iba a volver a ocurrir, así que volamos hacia Caparra por un sendero que transcurría paralelo a una valla de piedra, sin ninguna dificultad y en un paraje ciertamente bonito, vimos un coche (Ford fiesta) literalmente hundido en una charca, pero no una charca de las de toda la vida, no, tenía pinta de haberlo pillado las lluvias del mes pasado y haberse quedado allí, tras sortear un par de arroyos y charcos grandes, entramos en una zona más habitada, no por la gente, pero sí por las casas de campo que se veían, eso nos animó, eso y el hecho de que el camino fuera un poco en descenso, hasta que llegamos a las famosas ruinas del Arco de Caparra, arco que da origen al emblema de la Vía de la Plata a su paso por Extremadura.
Así que nos encontramos en mitad de un yacimiento arqueológico a las 3 y media de la tarde, sin un bar a la vista, y sin comer, ¿qué hacer? Pues tirar de barritas energéticas y aprovechar la sombra del arco para descansar un poco y matar el hambre, hasta que lleguemos de nuevo a la civilización y repongamos fuerzas “en caliente”.

El Arco de Caparra como testigo...
Excavaciones arqueológicas
Hora de comer... El famoso "Miliario de Nerón"
Aquí nos volvimos a acordar del GPS, porque no sé si fueron las señales o fuimos nosotros que ya no veíamos nada, el caso es que cuando nos dimos cuenta, estábamos perdidos, a las 4 de la tarde, con más hambre que el cuco, y sin saber hacia donde ir, el problema es que estabamos en pleno valle, rodeado de encinas y árboles y no teníamos referencias que nos orientaran, así que visto lo visto, y lo que nos quedaba por delante, optamos salir a una carretera vecinal, pensando que tarde o temprano nos cruzaríamos con la famosa N-630, y nos dejaríamos llevar por ella hasta el famoso “Hostal Asturias” que indica nuestra guía, error, aunque a toro pasado se ve todo de otra manera, en aquel momento nos pareció lo más indicado, el caso es que la carretera que cogimos, iba en dirección contraria a la nuestra y a pesar de que los kms. Caían deprisa, el ánimo empezaba a flojear, teniendo en cuenta la situación, lo que menos nos apetecía era retroceder, pero también era una locura cambiar de dirección sin saber adónde nos dirigíamos, así que seguimos hacia delante, hasta encontrar la carretera, no sé muy bien cómo, pero el caso es que estábamos a las 4 y media, sin comer en un bar de carretera, le pedimos al camarero si nos hacía algo de comer y nos comentó que podía hacernos unos bocadillos, así que ni cortos ni perezosos, dejamos las bicis en la ventana del bar y nos zampamos sendas coca-colas y bocadillos de ternera que nos supieron a gloria, tarde pero estuvieron de vicio y nos dio otro punto de vista sobre lo que teníamos por delante.
Seguimos por el camino paralelo a la carretera y volvimos a reecontrarnos con nuestras amigas las flechas amarillas, esta vez no las perdimos, a pesar de que cruzaban la carretera, la llegada a Aldeanueva del Camino se produce después de subir un pequeño/gran repecho, pequeño porque la verdad es que no es muy largo, pero grande porque a esas alturas, cualquier cuesta nos parece el mayor de los puertos, así que poco a poco, ascendemos y llegamos a Aldeanueva, por aquí pasamos sin entretenernos mucho, el sol pega de lo lindo, estamos cansados, sudados, llevamos agua que acabamos de reponer en el bar donde comimos, y sinceramente, tenemos ganas de llegar a nuestro destino, así que prescindimos de la visita turística y seguimos para adelante, nos encontramos con la rotonda que indica el desvío hacia Hervas, sabemos que tenemos unas cervecitas pagadas por cuenta del Sr. Angel, después de nuestro encuentro con la Sra. Renata, pero son otros 10 kms. Más, y a pesar de que nos consta de la belleza de ese pueblo, como se suele decir “se perdona el beso por el coscorrón”, y optamos dirigirnos a Baños de Montemayor directamente, por aquí se transita por la antigua carretera que lleva muy poco tráfico, pero que seguimos ascendiendo cotas de altura, a estas horas, las piernas ya son pura papilla, y el peso de las alforjas se hace enorme, como siempre, Jose se adelante unos metros y yo voy detrás subiendo a mi ritmo, no sé sin son las ganas de llegar o qué, el caso es que cuando me quiero dar cuenta estamos en Baños, me paro a hacer una foto a la ermita que nos da la bienvenida,

Iglesia de Sta. Catalina en Baños de Montemayor
el paisaje ha cambiado completamente, cómo se nota, estamos a los pies del Puerto de Béjar, si lo que llevamos en las piernas era duro, lo que nos queda por delante ni te cuento, después de un pequeño descanso, nos encaminamos a subir el Puerto, pim pam, pim pam, a nuestro aire, bueno mejor dicho la falta de él, porque hace un calor de mil demonios, optamos subir por la carretera, la vía romana se queda a la derecha, se ve perfectamente, en una de las curvas de 180º que hace la carretera, me paro a hacer una panorámica de la magnífica vista que tiene,

Al fondo el pantano de Gabriel y Galán...
Vista panorámica desde el puerto de Bejar
sigo mi marcha, sigo ascendiendo, mi hermano a su ritmo por delante, quedamos en que me espera arriba, pero me noto lento, no voy bien, cuando miro hacia abajo, resulta que llevo la rueda de atrás pinchada, así notaba yo los vaivenes en las curvas, no está deshinchada del todo, pero sin ninguna duda tiene algún pinchazo, me bajo, volteo la bici, quito la rueda, y cuando empiezo a desmontarla y me fijo que la cubierta tiene alguna mancha, me acuerdo que le había puesto líquido antipinchazos, ¡la leche!, después de la que he liado para quitar las alforjas, en fin, el caso es que me espero a que haga efecto el líquido y pruebo a darle aire a la rueda, ¡bien! Parece que funciona, mira por dónde me ahorro cambiar la cámara de repuesto que había sacado, vuelvo a montar las alforjas y me voy para arriba de nuevo, el descanso me ha venido bien, he aprovechado para beber agua y me ha sentado de fábula. Asciendo lo que me quedaba de puerto y me encuentro a mi hermano en una gasolinera que hay arriba, sentado en el suelo, y con la bici también ruedas arriba, ¡qué jodío! Ha aprovechado el tiempo que yo he tardado para poner un par de parches en las cámaras que llevaba pinchadas porque ya no le quedan de repuesto, así que le ayudo a recoger, y nos vamos directos a Calzada de Béjar, nuestro final del día.

¿está claro no?

El cruce del camino pasa por debajo de la autovía, dónde se encuentra un mural muy bonito de la Vía de la Plata, y aquí rodeado de árboles, todo más verde y el sol que ya está cayendo (llegábamos al puerto a las 7,30 h.) y además con una bajada espectacular, nos lanzamos tumba abierta, qué ilusos, pensábamos que ya habíamos llegado, y resulta que la caída sólo fue de un par de kms.

Ya estamos en Castilla-León
Por ahí avanza el progreso...
otro "autoretrato"

El resto, a llanear, y cuando ya no podíamos con las botas, vuelta a subir, que digo yo, ¿para qué bajar tanto si luego hay que subir?, pues sí, es lo que tiene, que bajamos hasta un arroyo, el camino transcurre paralelo a él, a ratos nos metemos por el borde del arroyo para dejar un poco tanto asfalto, pero hay que volver a salir por el barro y el agua que nos encontramos, giramos a la derecha por otra carretera vecinal, y según parece estamos a 3 kms. De Calzada, seguimos ascendiendo, no es que sea una pendiente muy pronunciada, pero las piernas están ya sin fuerzas, y nosotros deseando llegar para ducharnos y descansar, en estas carreteras, con tanta curva, árboles por todos sitios, y subiendo, cualquier finca que nos encontramos nos pensamos: ¡ya estamos!,

cómo cambia el paisaje...

pero no, aún no estamos, así vamos hasta que vemos la indicación de entrada a la población, ¡por fin! Llevamos 4 días y volvemos a terminar una etapa con más de 100 kms. A este paso nos quedamos sin mapa…

Parada y fonda en...

Aquí, después de 3 noches de hostales, encontramos el Albergue, está bastante bien, 6 euros sin sábanas, 8 con sábanas por dormir y 10 con desayuno, habida cuenta que no hay más que un bar en todo el pueblo, decidimos cogernos sábanas y el desayuno, nos duchamos y lavamos la ropa rápidamente porque el dueño del albergue nos dice, que para cenar el bar que se encuentra detrás de la Iglesia del pueblo, va a cerrar pronto, y hay que recordar que al final llegábamos a las 8 y pico, así que andando que es gerundio, nos vamos hacia el bar, dónde se encuentran algunos peregrinos viendo el futbol (Barça- Valencia) pero que ya han cenado, somos los últimos, el dueño del bar, nos dice que no tiene gran cosa, que si quiere nos hace unos macarrones, ¡pues vale! ¡Estamos como para delicatessen nosotros!, así que con unas cervezas y la olla entera, sí, sí, nos trajo directamente la olla para que comiésemos lo que quisiéramos, y un café que nos tomamos después mientras terminaba el partido, nos fuimos a dormir. El albergue es muy tranquilo, claro, el pueblo también es tranquilo porque no sé yo si llegarán a los 100 habitantes, nos dio tiempo leer un poco y escribir en el libro de visitas. Y sin necesidad de que nos cantaran una nana, nos dimos las buenas noches, habiendo dejado ya Extremadura y entrando de lleno en tierras castellanoleonesas.

Después de cenar... a dormir...

1 comentario:

Anónimo dijo...

que guay este rollo de la bici,viendo las fotos y los comentarios,se me antojan bonitas estas historias.Solo espero que esteis disfrutando de la compañia y el paisaje.the sister.p.d.hoy he estado con tus hijas y se lo han pasado pipa.(LAS PEQUEÑAS)acordaros de mi.muuuuuuuuuua¡