viernes, 16 de mayo de 2008

1ª Etapa

Etapa Real: Sevilla-El Real de la Jara
Distancia Recorrida: 92,39 Kms.
Tiempo: 7,48 h.
Velocidad Media: 11,8 Kms/h.
Velocidad Máxima: 54.8 Km/h.
Jueves 1 de mayo 2008.- "Un día inolvidable".
7,00 h. a.m, Amanece, la luz entra por la ventana de la habitación, puesto que esta no tiene persianas ni cortinas oscuras, así que arriba que ya toca, después del aseo matutino, comenzamos a ordenar las alforjas, en función de lo que creemos es lo más conveniente para colocar, ropa interior y aseo a un lado, herramientas a otro, las chanclas y la ropa “de calle” a otro, y en la alforja central, impermeable, manguitos, ropa de abrigo, y en mi caso, la bandera de nuestro pueblo para cuando lleguemos a Santiago, nos enfundamos nuestros trajes de bicigrinos, nos ponemos crema solar (el día promete ser duro), y tras las conversaciones de despedida con mi hermana y mi cuñado, nos vamos en busca de nuestro anfitriones, Ruben y Marga, que quedamos con ellos a las 9,00 h. en la Catedral para dar comienzo el viaje. Primera impresión, cómo cambia la bici con las alforjas, parece distinta, los movimientos son más descontrolados, primero, la rueda de delante se levanta sola, segundo en los cambios de dirección parece que te vas a caer, y lo último pero más importante, los 10 kgs. Aprox. de peso hace que pedalear sea como ir subiendo continuamente, pero además, mis recuerdos del anterior Camino de Santiago salen a borbotones, y me alegro, mi anterior experiencia con las alforjas fue nefasta (bici doble, porta a la tija, y alforja en los talones) y el recuerdo que tenía desaparece, me da un subidón la alegría al comprobar que no me dan los talones con las alforjas, ni me molestan para nada, simplemente están ahí, y me acostumbro a ellas, eso es todo, no hay problemas de ningún tipo (al menos de momento).

Puerta de la Catedral...

Así que cogemos un carril-bici que nos lleva al Centro, primer error, el carril sigue a la larga del río Guadalquivir, la mañana es bonita, el paisaje precioso, así que nos despistamos y llegamos a los pies de la Torre del Oro, hasta que nos llama Ruben: ¿dónde estáis?. Le comento la situación y nos corrobora que nos hemos desviado de nuestra ruta, así que rectificamos el camino y nos plantamos en el punto de encuentro, con 15 minutos de retraso, bien, sin salir de Sevilla y ya nos hemos perdido, esto promete ser entretenido, y para variar, la oficina de la Catedral está cerrada y no podemos sellar, así que, decidimos ir a buscar una oficina de turismo donde nos sellen nuestra credencial y empezar, porque sino, tendríamos que esperar a las 11, y es mucho tiempo, teniendo en cuenta que nuestras previsiones son llegar a monasterio. Así que nos dejamos guiar por Marga y Ruben, hasta una oficina de turismo, donde nos ponen nuestro primer sello….

Y la aventura comienza…. Salida de Sevilla, cruzando el puente de Triana,

y dejando a la derecha la zona donde estuvo la Expo92, la verdad es que en poco nos plantamos en Camas, la bordeamos por la carretera por no entrar por el centro, las horas que llevamos no son para muchas florituras turísticas, y a continuación nos encontramos en Santiponce, donde nos esperan mi hermana y mi cuñado para despedirse que se vuelven al pueblo, justo en la entrada de las ruinas de Itálica, que hoy, se encuentran cerradas, (al final del día lo agradeceremos) inaudito, siendo un día de fiesta y tanto turista suelto, pero bueno, tendremos que dejar la visita para otra ocasión, así que compro las primeras de las muchas botellas de agua que compraremos por el camino, y partimos, dirección Guillena, a estas alturas Ruben y Marga, ya se han enterado de que sí existen flechas en la Via de la Plata, algo que hasta ahora dudaban, y comenzamos realmente los primeros kilómetros, en un tramo totalmente recto y sin dificultad,


donde nos encontramos con el primero de los arroyos que tenemos que cruzar, dilema, ¿montados o a pie?, se soluciona pronto, ya que la alternativa de mojarse los pies, siempre es mejor que la de mojarse los pies y las alforjas, así que Marga, pasa primero (qué cortesía, ¿verdad?), bueno, es que así podía hacer fotos cuando crucemos los demás, algo que hago yo también pero desde atrás cuando crucen ellos, le sigue Ruben, ambos montados pero sin las zapatillas puestas, y a continuación mi hermano y yo, en nuestro caso, descalzos pero con la bici al hombro. Aquí tenemos nuestro primer contacto con los primeros peregrinos, una señora al parecer de Galicia (por el acento al hablarnos) y un peregrino extranjero (por las pintas y porque no dijo ni pío), además de otros ciclistas de la zona, que nos miraron sorprendidos por la distribución del equipaje, jeje. En fin, que salvado el primer escollo, a continuación nos damos de bruces con otro arroyo que es más que conveniente pasar andando, y aquí se inaugura una de las muchas ocasiones en que en nuestro peregrinar se transforma el cicling en empujing,


pero bueno, llegamos a Guillena,

donde para nuestra tristeza, nuestros anfitriones se quedan, a partir de aquí, la sensación es aún más rara, los nervios ya han desaparecido, ya sabemos que estamos en marcha, pero hasta ahora, nos sentíamos arropados, era como una excursión donde te van diciendo lo que te vas a encontrar, ahora no, ahora ya toca echar mano de las notas y del cuaderno de ruta que nos hemos preparado, de la intuición, de la vista y de la concentración para seguir las flechas amarillas que nos guíen a nuestro destino.


Así, con un poso de tristeza, pero con una ilusión tremenda, nos despedimos de nuestros amigos y ponemos rumbo al siguiente destino, Castillblanco de los Arroyos, y aquí empieza lo bueno, por decir algo, nada más abandonar la población y coger el camino,


se sube, un poco, otro poco, otro poco, hasta que toca lo inevitable, vuelta a poner pie a tierra y empujing, entre la pendiente y el mal estado del terreno por las lluvias pasadas, el suelo está imposible, aquí adelantamos a los primeros peregrinos que circulan en grupo de 5 ó 6, y aquí también nos encontramos lo que será la tónica del camino por estas tierras, los pasos de ganado,

abrir, cerrar, cerrar, abrir, será el ritual que nos acompañará durante los próximos días, en un momento determinado hago un aterrizaje de emergencia, claro, es cuestión de física, si vas subiendo y todo el peso está en la parte de atrás la rueda de delante se levanta sin esfuerzo, y más si encuentra un obstáculo pétreo, vamos, que me caí al suelo porque tropecé con una piedra, resultado, arañazos en piernas y cara, gracias a unos matorrales que amortiguaron mi caida,

el caso es que así como que no quiere la cosa, se nos hace mediodía y llegamos a Castillblanco, decidimos comer algo en un bar pequeñito que se encuentra enfrente de la Iglesia de San Benito, a la sombra,

y la camarera muy amable, nos regaló 2 actimel de postre, sí señor, el viaje iba según lo previsto, algo lento para nuestra idea, pero de momento, todo bien.

Una estupenda bicicleta peregrina, sí señor...

Claro después de comer la cosa cambia, la comida fabulosa pero el calor también, los botes de agua que llevamos se vacían a velocidad de vertigo, estamos en el Sur, esto es normal, pero ¡bufff! Lo que no es normal son las cuestas que hay por aquí, nosotros que pensamos que el primer día sería para coger el “puntillo” a las piernas, y en 50 Kms. que llevamos ya hemos tenido que subir cuestas enormes, el paisaje es bonito, sin duda, pero, leñe que es nuestro primer día y vamos a coger una insolación, menos mal que la veteranía es un grado y nos pusimos crema solar, sino, pareceríamos cangrejos,

en fin, llegamos a otro punto clave de la etapa del día, la entrada a la Finca El Berrocal,

es un Parque Natural, que es una delicia, las vistas son magníficas, el horizonte que se divisa es sobrecogedor, se disfruta de los sentidos hasta en el más minimo detalle, y sobre todo, se goza con la bici, no hay palabras para describir lo que a un maniático del mountain bike, le pasa por la cabeza cuando contempla lo que está viendo en esos momentos, naturaleza en mayúsculas mezclado con el deporte que nos gusta, esos momentos, son los que se guardan muy dentro y hace que salgan cuando tienes otros de flaqueza, te inyecta una dosis de adrenalina en el cuerpo que te hace sentir casi invencible, pero claro, he dicho casi, porque con el devenir de los kilómetros, llegamos a la horma de nuestro zapato,

¿querías naturaleza? Pues toma 3 tazas.

Tan famoso como nos habían dicho, tanto que nos habían advertido, tanto miedo como nos habían metido en el cuerpo, y el famoso Cerro del Calvario, que no aparecía por ningún lado, veíamos una cuesta: ¿será esto el Calvario?, no creo, es duro, pero no para tanto, hasta que de pronto… a lo lejos vemos una pared, claro, al ver la foto, pensarás ¡qué exagerado!, pues cuestas así hay por aquí o más grandes… pues no, yo no he visto por La Mancha, ninguna cuesta parecida, sí vale, con tanta pendiente hay algún tramo, pero ¡TAN larga!, en fin, siguiendo con nuestras costumbres, mi hermano se lanza a por ella, yo paro, bebo agua, hago las fotos y comienzo a subir, trepar, escalar, arrastrarme, no sé como describirlo, el caso es que pasito a pasito (porque habrá quedado claro que subimos empujando la bici, ¿no?) voy ascendiendo por el Calvario, y ahora sí, ahora entiendes el nombre de la cuestecita, las advertencias de los amigos, y te acuerdas de la cerveza fresquita que te has tomado hace 2 horas comiendo, ¡¡¡puff!!! Qué larga se hace, me quito el casco para que me de un poco el aire, porque el sol pega de lo lindo y no anda un pelo de aire, y menos mal que hay alguna sombra a los lados y puedes descansar en ella, porque sino, te funde el cerebro, pero bueno, esto es sólo el comienzo, miro para arriba, para más INRI, veo flechitas de una cicloturista que han organizado por allí, solo que en dirección contraria, claro así cualquiera para abajo en vez de para arriba, aunque bien pensado también tiene su dureza hacerla bajando, en fin, que de repente oigo, : “venga campeón, que ya no queda nada”, je,je, que jodío, mi hermano, encima con cachondeo, pero es así, ya sólo quedan 50 metros, desde donde se alcanza el mirador y se puede comprobar la belleza del sitio en todo su esplendor, al sur la finca que acabamos de atravesar, al norte el pueblo de Almadén de la Plata, próximo destino donde sellar nuestra credencial.

Sombra antes de subir... Rampa de despegue... Aquí ya sólo la rampa...

Foto a media subida... Todo esto hemos cruzado...

Estos 2 un poco más y forman parte del paisaje...

La bajada por el lado norte del Calvario, se hace tan complicada como la subida, el terreno está impracticable, es más, toca bajar andando, pero claro, con alforjas y todo, la cabra tira al monte, y yo en vez de seguir a mi hermano (andando y por mal camino) me salgo a la ladera de la sierra y bajo campo a través, con cuidado porque la cosa está durilla, pero al menos bajo montado, y tengo como colchón a mi bajada una piara de cerdos de pata negra, que ya los quisiera para mí, hechos lonchitas y en un bocata con tomate y aceite.



Esto ha sido el Calvario, el primero de cuantos nos tocará cruzar, el caso es que hemos llegado a Almadén, a eso de las 17,00 h. buscamos el albergue donde nos sella la encargada, y nos advierte de dos circunstancias que serán determinantes: 1ª.- Que se puede cruzar la Finca Arroyo Mateos porque desde mayo de 2007, se ha llegado a un acuerdo con los propietarios y dejan cruzarla sin problemas, estando además bien señalizada y 2ª.- Que hay una concentración de moteros en Monesterio, y está todo lleno, albergue, hostales, etc. Y nos recomienda quedarnos en El Real de la Jara.
Pues nada, nosotros que somos muy obedientes, nos vamos a, primero cruzar Arroyo Mateos, y después ¿quedarnos en El Real?... ¡hum! Ya veremos, vamos a ver que tal llegamos al Real (qué ilusos). Pues nada, vamos justitos de agua, no vemos ni un solo bar, y las tiendas al ser festivo, cerradas, pero pensamos, bueno si por carretera según los mapas son 17 kms. Y por camino vamos más derechos al atravesar la finca, no nos hará mucha falta el agua….. Primer Error, SÍ nos va a hacer falta el agua. Segundo Error, SÍ son 17 kms. pero en su versión megamix, es decir, que se hacen eteeeernos, principalmente por varias cuestiones, una, que al final nos salieron casi 21 kms. (¿serían 17+IVA?); dos, que eran kilómetros para hacer como el coche de San Fernando, un ratito en bici y otro andando; tres, que había que abrir más puertas de paso de ganado que un pastor; cuatro, que la señalización no era tan buena como nos dijo la señora del albergue; y como punto final, que hacía mucho calor y no había nada más que arroyos y charcas por todos sitios, lo que hace que al final tengas más sed, porque estaba claro que no era agua potable la que corre por esos sitios.
Pero bueno, nos sirvió para hacer un repaso de la cabaña española, porcina, vacuna, caprina, bovina, ¡¡leches!!, vimos hasta un pavo real y todo, y claro, tuvimos nuestro pequeño contratiempo con una jauría de perros, que menos mal que estaban atados, sino, ahora no estaba yo escribiendo esto.




Resumiendo, logramos salir de la finca, tras habernos despistado de las flechas un par de veces, tener agujetas de subir y bajar de la bici para abrir y/o cerrar cancelas, haber hecho tantos tramos andando que daban ganas de tirar la bici para ir más deprisa, pisar con precaución tanto por las boñigas de vacas como para que estas no se asustasen y la tomasen con nosotros, habernos perdido justo en una cuesta abajo y tenido que volver a subirla para encontrar el camino correcto (y todo por no irnos por la carretera), decía, que salimos de la finca y nos encontramos una pista ancha, con buen piso, pero con cuestas claro, ¡¡si no hay nada llano por esta zona!! De repente, vemos caminando a 2 señoras en dirección hacia nosotros, y pensamos, menos mal, ya tenemos que estar cerca, y sí, estábamos cerca, a 2 kms. que se nos hicieron interminables, sobre todo, porque hacía ya un par de horas que nos habíamos quedado sin agua, y por supuesto, lo de llegar a Monesterio a dormir, pues como que ni lo planteamos, y justo a la entrada del pueblo, a la izquierda el albergue, pero la odisea continúa, sólo 2 peregrinos alemanes, que chapurreando inglés (ellos y nosotros) nos dicen literalmente: “Calle Moreno, Casa 5, allí dueña”. “Ok”, un pueblo pequeño tiene que tener pocas calles, y habrá pocas personas dueñas de un albergue, ¡paf! Otra en la frente, y van… resulta que a los lugareños que nos encontramos, no conocen ninguna calle moreno, ni nada del albergue, así que buscamos la plaza y vemos un bar, optamos por la táctica de la supervivencia, nos pasamos al bar, beberemos y ya buscaremos el albergue, porque entre unas cosas y otras eran casi las 20,30 h. y estábamos al borde de la deshidratación (y no exagero). Así que tras 2 cocacolas y 1 aquarius, empieza a funcionar de nuevo la materia gris, y nos informan, que siguiendo la carretera, la 3ª a la izquierda está la calle Encarnación Moreno, y en el número 5 vive la encargada del albergue…¡¡¡Eureka!!!.
Compramos cena en una tienda de alimentación que había en la calle de al lado y nos vamos al albergue, discreto pero suficiente y cómodo porque tenía 2 plantas, y en la de arriba nos metió a los ciclistas, y en la de abajo los de a pie. Allí nos encontramos con una pareja de San Sebastián, que habían salido hoy desde Guillena, así que nave con 12 camas, pero sólo estamos 4 peregrinos.
Aseo, cena, cambio de impresiones y toma de contacto con la cama que el primer día, no ha estado mal, mañana veremos si podemos recuperar lo perdido para ir sobre el planning previsto, según nos han dicho, mañana es todo llano, ya veremos, también pensábamos que hoy sería así… pero bueno, la ilusión la mantenemos intacta, las fuerzas no tanto.

3 comentarios:

Gabriel (KiliKolo) dijo...

No es necesario que traslades las bendicones del foro a tú blog, ya lo hago yo con especial cariño.

Cumplamos el rito que perdura desde esos tiempos inmemoriales, nada menos que en el Codex Calixtinus del siglo XII ( L.I, cap.17):

"En nombre de nuestro Señor Jesucristo, recibe este maillot y culotte hábito de tu peregrinación, para que castigado y enmendado te apresures en llegar a los pies de Santiago, a donde ansías llegar, y para que después de haber hecho el viaje, vuelvas al lado nuestro con gozo, con la ayuda de Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amen."

"Recibe esta bicicleta que sea como sustento de la marcha y del trabajo, para el camino de tu peregrinación, para que puedas vencer las catervas del enemigo y llegar seguro a los pies de Santiago, y después de hecho el viaje, volver junto a nos con alegría, con la anuencia del mismo Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amen."

E ultreya e suseya, Deus aia nos

¡¡Buen Camino!!

Gabriel (KiliKolo) dijo...

No hace falta que copies las bendiciones del foro en tu blog, ya lo hago yo con especial cariño.

Cumplamos el rito que perdura desde esos tiempos inmemoriales, nada menos que en el Codex Calixtinus del siglo XII ( L.I, cap.17):

"En nombre de nuestro Señor Jesucristo, recibe este maillot y culotte hábito de tu peregrinación, para que castigado y enmendado te apresures en llegar a los pies de Santiago, a donde ansías llegar, y para que después de haber hecho el viaje, vuelvas al lado nuestro con gozo, con la ayuda de Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amen."

"Recibe esta bicicleta que sea como sustento de la marcha y del trabajo, para el camino de tu peregrinación, para que puedas vencer las catervas del enemigo y llegar seguro a los pies de Santiago, y después de hecho el viaje, volver junto a nos con alegría, con la anuencia del mismo Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amen."

E ultreya e suseya, Deus aia nos

¡¡Buen Camino!!

Anónimo dijo...

ánimo brothers seguro que lo conseguis.